La cata horizontal: misma cosecha y denominación
Catar consiste en someter el vino al análisis de los sentidos, especialmente al de la vista, el olfato y el gusto.
La cata es una herramienta imprescindible para distintos agentes del vino: en bodega, el vino se cata continuamente para controlar las distintas fases de su elaboración.
Una de las principales herramientas para avanzar hacia la mejora del vino son las catas horizontales, en las que se analizan vinos diferentes producidos en una misma añada.
Por lo general, serán vinos que, además de la añada, compartan alguna otra característica común: la pertenencia a una determinada zona geográfica,
a una Denominación de Origen, la utilización de una variedad de uva concreta, etc.
Características:
Las catas horizontales buscan determinar las similitudes y diferencias que pueden apreciarse entre diferentes vinos.
Al mantener fija la añada y la Denominación de Origen
Se pueden deducir que las características que difieran de unos vinos a otros van a ser causadas por el efecto del terruño utilizado por cada bodega,
por su microclima o por los diferentes métodos de producción.
Este tipo de catas son de gran utilidad, por ejemplo, para los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen,
ya que permiten llevar a cabo un control de calidad al que deben ajustarse las diferentes bodegas adscritas.
También son muy utilizadas por empresas vinícolas dedicadas a comprar vino al por mayor para su posterior distribución,
de cara a elegir las bodegas con las que quieren trabajar.
Fuente: vivancoculturadevino.es
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